El ojo representa una pequeña porción del cuerpo humano, representando una fracción decimal de la superficie corporal anterior.

El 50% de la información que recibimos de nuestro entorno la recibimos a través de los ojos. La información que recibimos en un simple vistazo a nuestro entorno se guarda durante un segundo en nuestra memoria y luego la desechamos casi toda. La mayoría de las degeneraciones oculares suelen aparecer en la adolescencia, pero el riesgo de contraer dichos trastornos aumenta considerablemente a medida que se envejece.

Con el correr de los años nuestros ojos pueden sufrir el efecto de diversas enfermedades, que de no detenerse a tiempo, pueden afectar grandemente nuestra visión e incluso dejarnos totalmente ciegos, porque nuestros ojos están sometidos diariamente a muchos estímulos: luz artificial, pantallas de ordenadores, luz solar, humo, viento, polen, polvo y los radicales libres sobrecargan nuestra facultad de visión. Ante esta situación, el aporte preventivo de sustancias nutritivas es especialmente importante.

Algunas de las enfermedades de la visión comunes en personas de edad media y avanzada son:

Cataratas: condición en la que el lente del ojo, a través del cual pasan los rayos lumínicos, se nubla. Esto es, por lo general, resultado de daños a las proteínas que componen el lente.

Retinopatía diabética: principal causa de pérdida de la visión en personas diabéticas. En esta condición los pequeños vasos sanguíneos conocidos como capilares, se tornan frágiles y comienzan a dejar salir la sangre contenida en su interior. Estos pequeños derrames de sangre provocan daños a la parte interior del ojo conocida como retina, lo que genera la retinopatía diabética.

Glaucoma: pérdida progresiva de las fibras nerviosas de la retina y cambios en el aspecto del nervio óptico, generalmente son defectos en el campo visual y pérdida de visión. Se caracteriza por presión alta intraocular.

Degeneración macular: destrucción progresiva de la mácula (mancha amarilla localizada en la retina,​ especializada en la visión fina de los detalles, nos sirve entre otras cosas, para poder leer y distinguir las caras de las personas), que se traduce en disminución de la agudeza visual central necesaria para la mayoría de las actividades diarias. Esto conduce a ceguera permanente, y es la causa más común de ceguera en personas entre 50 a 60 años de edad.

Lesión o trauma corneal: a menudo conduce a la pérdida de la transparencia de la córnea e incluso la ceguera.

Una revision de 2004, identificó los antioxidantes más apropiados para su inclusión en un suplemento nutricional ideal para los ojos, adecuado para aquellos con antecedentes familiares de glaucoma, catarata o enfermedad macular relacionada con la edad, o factores de estilo de vida que predisponen a estas condiciones (tabaquismo, mal estado nutricional o altos niveles de exposición a la luz solar). También sería adecuado para aquellos con etapas tempranas de la enfermedad ocular relacionada con la edad. Se destacó la posible inclusión, entre otros de las vitaminas A, C y E, los carotenoides beta-caroteno, la luteína y la zeaxantina, y el zinc.

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